¿Por qué importa tanto el tipo de sangre?
El sistema inmunitario produce unas proteínas denominadas anticuerpos que actúan como protectores contra las células invasoras que entran en el organismo. En función del tipo de sangre que tengas, tu sistema inmunitario fabricará anticuerpos que reaccionarán contra otros tipos de sangre.
Si a un paciente se le administra un tipo inadecuado de sangre, sus anticuerpos se encargarán inmediatamente de destruir a las células invasoras. Esta respuesta agresiva del cuerpo en su conjunto puede cursar con fiebre, escalofríos e hipotensión, e incluso puede provocar insuficiencias en sistemas corporales de importancia vital, como el respiratorio y el renal.
He aquí un ejemplo de cómo los anticuerpos reaccionan contra distintos tipos de sangre. Supongamos que tienes sangre de tipo A. Puesto que tu sangre contiene el marcador A, producirá anticuerpos B. Si entran marcadores B en tu cuerpo (que se encuentran en la sangre B o AB), tu sistema inmunitario reaccionará contra ellos. Esto significa que solo puedes recibir transfusiones procedentes de personas que tengan sangre de tipo A u O, no de personas con sangre de tipo B o AB.
Del mismo modo, si tu sangre contiene el marcador B, producirá anticuerpos A. Por lo tanto, como persona con sangre de tipo B, solo podrás recibir transfusiones procedentes de personas que tengan sangre de tipo B u O, no de personas con sangre de tipo A o AB.
Las cosas son un poco diferentes para las personas con sangre del tipo AB u O. Si tienes tanto marcadores A como B en la superficie de los glóbulos rojos (sangre de tipo AB), tu cuerpo no necesitará luchar contra la presencia de ninguno de los dos. Esto implica que las personas con sangre AB pueden recibir transfusiones de personas con sangre A, B, AB u O.
Pero, si tienes sangre del tipo O, lo que supone que tus glóbulos rojos no contienen marcadores A ni marcadores B, tu organismo reaccionará fabricando anticuerpos A y B cuando te administren sangre A, B o AB. De modo que una persona con sangre O solo puede recibir transfusiones de su mismo tipo de sangre.
La sangre de tipo O negativo se puede administrar a todo el mundo, independientemente del tipo de sangre que tenga. Esto obedece a que no presenta ninguno de los marcadores que pueden desencadenar una reacción del sistema inmunitario. Las personas con este tipo de sangre se consideran “donantes universales” y son las más buscadas por los bancos de sangre.
Puesto que la sangre tipo AB positivo posee todos los marcadores, las personas con este tipo de sangre pueden recibir cualquier tipo de sangre. Por este motivo, reciben el nombre de “receptores universales”.
La transfusión de sangre es uno de los procedimientos que se realizan más frecuentemente en los hospitales para salvar vidas. Por lo tanto, siempre se necesitan donantes de sangre. Entorno al 15% de los donantes de sangre de EE.UU. son estudiantes de secundaria o universitarios, una cifra impresionante si tenemos en cuenta que se deben tener 16 o 17 años para poder donar sangre.
Si te gustaría ayudar, infórmate más sobre las donaciones de sangre. ¡Es una buena forma de convertirse en superhéroe cotidiano y salvar vidas!